La comida no se tira
Y es que la huella que dejan los alimentos que terminan siendo desperdiciados es enorme. La deforestación, el uso de fertilizantes, la energía y otros recursos empleados para la producción de esa comida, el transporte de cualquier alimento para que llegue a los estantes de los supermercados y de ahí a los hogares, va dejando a su paso un rastro que perjudica a la salud de nuestro planeta y que se agrava aún más cuando ello termina en un cubo de la basura.
Solo por poner algunos datos sobre la mesa, se calcula que cerca del 30% de la tierra agrícola a nivel mundial se está utilizando para producir alimentos que luego no se consumen. Además, hay que destacar la merma y el despilfarro de recursos naturales que el planeta pone a nuestra disposición. Recursos que no son infinitos y que debemos aprovechar al máximo. Para que sirva de ejemplo de hasta dónde llega ese impacto, solo tirar un plátano a la basura equivale a unos 10 minutos de agua de un grifo abierto.
Teniendo todo esto presente, queda muy claro que para frenar el cambio climático y poder cumplir con los objetivos del Acuerdo de París de limitar el incremento de las temperaturas a 1,5 grados, todos, desde la propia industria alimentaria, las empresas hasta las instituciones públicas y los mismos consumidores, debemos empezar a actuar contra el desperdicio de alimentos si queremos asegurarnos un futuro mejor.
En ese sentido, estamos actuando desde Too Good ToGo. Lo hacemos a través de nuestra aplicación para móviles ayudando a productores y a todo tipo de comercios de alimentación a dar una salida a todo su excedente diario de comida para que pueda ser aprovechada por los consumidores y evitar que se desperdicie al final del día. Pero también generando campañas de concienciación como la de ‘Fechas con sentido: Mira, huele, prueba’ para recordar a los consumidores que la fecha de consumo preferente es solo un indicador de calidad organoléptica y que haciendo uso de los sentidos comprobamos que el alimento con esta fecha pasada tiene buen aspecto, huele y sabe bien, puede consumirse sin riesgo alguno. Así podemos ayudar a reducir las 9 millones de toneladas que se desperdician en Europa cada año por culpa de las fechas etiquetadas en la comida.
Pero si algo es importante también en esta tarea es crear un marco estratégico de relaciones y establecer alianzas que permitan crear un frente común contra el desperdicio de alimentos. Y por ello, hace apenas unos meses, lanzamos Marcas Waste Warriors, una comunidad formada ya por 22 empresas del sector alimentario y entre las que se encuentra Danone, con el objetivo de sumar esfuerzos e iniciar un cambio con acciones e iniciativas que permitan poner freno al desperdicio de comida.
Debemos asumir la lucha contra el desperdicio de alimentos como una causa de todos y ante la que tenemos que actuar con urgencia. Así lo ha marcado la ONU dentro de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible estableciendo como meta la de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos para 2030. Apenas queda una década para cumplir con ese objetivo y si no pasamos ya a la acción, no lo conseguiremos. Debemos de tomarlo en serio pues de conseguir un sistema alimentario sostenible y sin desperdicio de alimentos va a depender que podamos disfrutar del planeta que queremos.