«Los consumidores tienen la voluntad de luchar contra el desperdicio pero necesitan que les dotemos de herramientas para hacerlo»
Enrique García, Portavoz de OCU
Enrique García, Portavoz de OCU
Enrique García, Portavoz de OCU
El confinamiento ha cambiado, sin duda, nuestros hábitos como consumidores: si antes tres de cada diez personas no tiraban nada o casi nada de alimentos, ahora son siete de cada diez, explica el portavoz de la OCU, Enrique García. Este panorama –quizá una de las pocas consecuencias buenas que nos ha traído el virus– demuestra que cada vez hay una mayor concienciación de los consumidores de cara a evitar el desperdicio alimentario y cuidar el medio ambiente. Ahora, la responsabilidad de instituciones y empresas es dotarlos de las herramientas necesarias para que puedan llevar a cabo su lucha. Tienen la voluntad, pero necesitan la forma para hacerlo.
¿Cómo? Creando esa ley que prevenga el desperdicio alimentario y regule claramente los alimentos necesarios para evitar determinadas prácticas, estableciendo criterios científicos para aplicar la fecha de caducidad con una mera base empírica y no comercial, demanda García. Es importante que todo esto se unifique para no confundir al consumidor. Después, hay otras iniciativas que también pueden resultar muy positivas como facilitar la venta de productos estéticamente poco atractivos a través de descuentos, generar más opciones de alimentos en el mercado, reducir precios para vender productos cercanos a su fecha de caducidad y facilitar tecnología para frenar el desperdicio alimentario.